Me gustan los caminos.
Los caminos, las veredas, las sendas, las alamedas, los carriles. Hay en ellos algo mágico o misterioso que me atrae, que hace que mis pasos sigan a mis ojos y termine recorriéndolos con algo que va más allá de la imaginación.
Cuando veo fotografías de otros colegas, que es muy a menudo, siempre me detengo en las de caminos. Y casi siempre los recorro con la imaginación. Y casi siempre les dejo un like. Yo mismo tengo cientos de ellas.
Quizás fuera Machado, mi maestro, quien me enseñara a recorrerlos con el corazón. Caminante, todo es camino.
Los caminos, las veredas, las sendas, las alamedas, los carriles. Hay en ellos algo mágico o misterioso que me atrae, que hace que mis pasos sigan a mis ojos y termine recorriéndolos con algo que va más allá de la imaginación.
Cuando veo fotografías de otros colegas, que es muy a menudo, siempre me detengo en las de caminos. Y casi siempre los recorro con la imaginación. Y casi siempre les dejo un like. Yo mismo tengo cientos de ellas.
Quizás fuera Machado, mi maestro, quien me enseñara a recorrerlos con el corazón. Caminante, todo es camino.