Aldonza de Guzmán, también conocida por Gambito de Dama, era el mejor jugador de ajedrez en la corte de Felipe II. Sólo jugaba bajo pago de cien excelentes, que el retador debía depositar en manos de un hombre bueno. Si como solía suceder perdía el envite, las cien monedas iban a parar a la faltriquera de Aldonza. Las contadas ocasiones que Aldonza recibía un jaque mate, el rival recuperaba sus cien excelentes y además yacía con ella llegada la noche.
Pero eso sólo sucedía, dicen los viejos cronistas, más por voluntad de Aldonza que por los méritos ajedrecísticos de su rival.
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